viernes, 10 de octubre de 2008

El divorcio juventud-asociacionismo

Añado en el blog el post que igualmente podréis encontrar en la Plataforma Juvenil Progresista:

¿Reflejan fielmente las Asociaciones juveniles a la Juventud actual?

El asociacionismo, en general, está muy reñido con la sociedad en general y la voluntad de participar, de “estar en algo”. La gente vota, aproximadamente el tope máximo en las sociedades democráticas es el 80%, y este límite solo se alcanza en los momentos de máxima tensión entre dos modelos políticos distintos.

El asociacionismo político es mal visto: “los partidos son malos, son todos iguales”, se piensa. ¿Qué se va a pensar de sus organizaciones inferiores, como las asociaciones juveniles? Sin embargo, y siempre teniendo en cuenta que el asociacionismo en la sociedad es minoritario, entre las personas que militan en una organización, ésta suele ser generalmente una ONG. Es decir, la gente que se asocia lo hace para “ayudar al que necesita la ayuda”.

La sociedad actual está muy imbuida en el terreno del individualismo y del consumismo. En este punto, los viejos planteamientos liberales han triunfado en tanto que cada individuo piensa primero en sí mismo que en la colectividad. En el terreno joven, lo que importa, si no en la mayoría, sí en una gran parte, es en “tener”: tener los nuevos objetos imprescindibles para la vida (móvil, mp3, un ordenador o play station, Internet, ropa de tal marca). Sin negar que son objetos muy útiles, pero que han ayudado a configurar la sociedad de consumo. Sin ser asociacionismo tal como lo conocemos, organizado, la juventud se agrupa en grupos que comparten un mismo estilo de música, un mismo estilo de vestir y, si nos ponemos en un extremo y por suerte es minoría, en una misma banda de violencia legitimada por una ideología irracional (bandas latinas, bandas de skins…). La asociación es natural, porque es algo que el individualismo no es completo: la persona necesita apoyarse en un grupo, la persona necesita una compañía.

Los datos demuestran que donde más se extrema el individualismo más índice de suicidios tenemos. ¿Cuántos suicidios de jóvenes hay en Japón? Lo peor es que se ha llegado al suicidio “en grupo”. El intento de desconexión con el resto de los individuos, el pensamiento limitado en el “yo primero” genera esto.

¿Estamos igual de comprometidos los jóvenes de hoy respecto a las generaciones precedentes?

La sociedad de hoy no es la sociedad de hace medio siglo, y menos aún de la de hace un siglo. Hace medio siglo, y en España menos aún, la sociedad luchaba por la ampliación del Estado liberal al Estado social, y la socialdemocracia colaboró en el éxito de esta lucha. Desaparecidas las trabas (supuestamente), ampliado la democracia, conjurado el peligro totalitario y autoritario, la sociedad se ha visto libre, la sociedad de hoy, los jóvenes de hoy, han nacido en una sociedad exitosa. Pero una sociedad que ahora se puede morir de éxito.

¿Para qué luchar si ya lo tenemos todo? Es el pensamiento que, a mi opinión, es dominante. Las organizaciones juveniles de hoy no son las mismas que hace años. En los momentos de lucha por las libertades lo que movía era esa lucha, la lucha de todos, la lucha por un interés general. Hoy, en la sociedad democrática, el interés que mueve al mundo es otra lucha. La lucha de uno mismo, la lucha por el interés particular. Es otra victoria del liberalismo y, ay, ha triunfado hasta en el campo mismo del asociacionismo de la izquierda socialista.

Si llegáramos a comprender hasta qué punto es frágil la libertad, el libre pensamiento y la democracia, actuaríamos de otra manera. La historia parece demostrar que, a veces, en los momentos de máximo peligro, no se ha sabido responder al enemigo de la libertad. ¿Podría haber actuado de otra manera la oposición a Berlusconi en el Caso Matteotti? ¿Podría haber actuado de otra manera el Partido Bolchevique ante la perspectiva de que construían no la Dictadura del Proletariado, sino la dictadura personal de Stalin? ¿Podría haber actuado de otra manera el KPD alemán y las fuerzas democráticas de la Alemania de Weimar sabiendo que su lucha era la muerte de la frágil democracia y el ascenso del NSDAP? ¿Podría haber actuado de forma sensata los anarquistas, socialistas y derechistas españoles para no haber caído en la destrucción mutua y el surgimiento de cuarenta años de dictadura? Y así hasta la eternidad, la historia de la raza humana es un cúmulo de errores, aciertos, decisiones y posibilidades que ya entran en la ciencia-ficción y la suposición. Yo creo, y rezo por equivocarme, que la ceguera de la sociedad actual respecto a los problemas que sacuden el planeta (pobreza del Tercer Mundo, desapego de la democracia, la agonía del capitalismo salvaje, la bomba nuclear, el terrorismo y sus causas…) nos deparará en un futuro no lejano mucho sufrimiento.

¿Cómo podemos combatir el individualismo actual?

El individualismo no es algo que se combate, el individualismo o el cooperativismo es algo que se aprende desde pequeño, porque la sociedad en conjunto te lleva actuar. ¿Por qué si no la derecha está destruyendo la educación pública y los postulados de la socialdemocracia? Porque quiere ese individualismo, porque ese individualismo no conduce al socialismo, porque en la división y en el egoísmo tiene la base de su apoyo y su poder. Que conste que, como digo, en la izquierda existe ese mismo individualismo: esa percepción no llevará a la sociedad al socialismo.

Sin embargo, hay que saber observar a la sociedad y sus respuestas a los estímulos que se dan. La derecha quiere destruir la educación como la conocimos, ello generará individuos que se crean a pies juntillas sus más descomunales mentiras, lo mismo que en 1984 de Orwell la gente se creería que dos y dos son cinco si el Partido dice que así es. Pero lo que la derecha también genera es un rechazo a esa dictadura del pensamiento. Lo mismo hace una educación abierta: generará ciudadanos solidarios y progresistas en mismo número, o más quizá, que ciudadanos que rechacen esas ideas. Pero los crearán. Cualquier acción puede generar una aceptación y un rechazo. Esa es una de las virtudes de la libertad, y a la vez uno de sus peligros.

Siempre habrá un pensamiento progresista y un pensamiento reaccionario. Pero la Ilustración, y las revoluciones liberales burguesas lograron imponer a la sociedad la creencia en los derechos naturales del hombre, cuando en el siglo anterior tales cosas no existían en la mente humana. Así, creo que hay mucho trabajo por hacer llegar que conceptos como democracia, derechos sociales, solidaridad internacional y superación de los conceptos irracionales del nacionalismo y del racismo, son inalienables al ser humano. Esto no es porque lo dijeran cuatro locos, sino porque es positivo para la sociedad.

¿Hay que buscar nuevas formas más atractivas para inducir al asociacionismo?

No podremos hacer llegar las propuestas progresistas a la juventud si no se predica con el ejemplo. ¿Creerán en la solidaridad en boca de quienes se matan por el poder? ¿Creerán en la democracia en boca de quienes rechazan las opiniones contrarias en el seno de su organización? ¿Creerán en el asociacionismo en boca de quienes arrinconan a quien no les dice a todo que sí? La sociedad percibe los partidos y las asociaciones como el aparato que crean unas minorías para mantenerse en el poder, pese a los cambios, y las bases no son más que la correa de transmisión de lo que se dice de arriba.

Eso me lleva a una pregunta, ¿hemos superado el concepto irracional del poder? Antaño el rey gobernaba porque así lo disponía Dios; ahora hay que decir esto, luego lo otro, porque así lo dispone la minoría que nos controla. El poder desde Arriba no ha sido superado, el poder desde Abajo no ha llegado aún.

¿Son correctas las políticas de Juventud de las instituciones?,¿y la inversión?

Es normal que, en la política, los ámbitos de la juventud estén ocupados por jóvenes. Eso es bueno en tanto que piensan como jóvenes y saben lo que quieren los jóvenes. Otro es lo que se haga, que en muchas ocasiones va bien encaminado, o en otras se opera para favorecer un interés ideológico o personal. ¿Va a permitir un gobierno de la ideología que sea que se hagan actos y programas para jóvenes que lleven a ideas contrarias? No digo que haya gente que cumple con la libertad, que deja que haya pluralidad, pero también es verdad que en otros momentos se ponen trabas al que piensa distinto.

Antiguamente las organizaciones obreras vivían de sus miembros para ayudar a sus miembros, sin ayuda estatal. El acceso al poder de la izquierda socialista y la extensión del Estado social ha llevado a la subvención de los organismos sociales y políticos, y eso a la arbitrariedad y a la burocratización. Hasta tal punto se han desnaturalizado organizaciones combativas en organizaciones burocráticas y por tanto conservadoras de lo existente. La inversión debe ir con una premisa: el ejercicio de la libertad y de la libre expresión, tanto el que da ese dinero como el que lo recibe.

Como no creo en la planificación sistemática de la sociedad, lo que la propia sociedad haga en su beneficio puede ser acertado. Las organizaciones obreras surgieron por iniciativa propia, no por la del Estado. Lo que hagan los jóvenes, en uso de su libertad y en el beneficio colectivo, puede ser altamente positivo.

¿Son eficaces los Consejos de la Juventud?

Los Consejos de la Juventud ¿Qué es eso? Diría si se le pregunta a un joven anónimo. La idea en sí es buena, pero la realización ha dejado mucho por el camino. Para empezar, el ideal socialista es la democracia plena. El Consejo de la Juventud está integrado por las asociaciones juveniles, pero no se elige en “libertad”, más que la libertad de esas asociaciones. Y partiendo de la premisa que el asociacionismo es minoritario, los Consejos los integran minorías. Para mí el ideal, que es el ideal socialista, es la democracia total, la democracia radical. Elegir libremente los órganos de expresión, abierto a todos. También su limitación, la juventud, plantea un problema: ¿hasta qué edad se es joven? Es lo mismo que ahora se discute hasta qué edad se es viejo. El trabajo de los Consejos, invisible, por cierto, es necesario, pero gozarán de más legitimidad si se eligen libremente, lo mismo que el Congreso de los Diputados goza de toda la legitimidad porque su elección está abierta a todos los ciudadanos mayores de edad.

¿Están las asociaciones juveniles demasiado imbuidas en el partidismo de los mayores?

Como dije antes, el ideal de la lucha colectiva se ha sustituido por el ideal de la lucha personal. Y en las organizaciones juveniles de partido, más. Se proclama la autonomía, que no la independencia, pero en la práctica eso se revela como una intromisión Partido-Juventudes como una Juventudes-Partido. La organización juvenil de partido debe estar subordinada al mismo partido, pero debe establecerse una condición: la no intervención de unos en los otros. El discurso debe ser coordinado, la opinión interna tolerada, y el trabajo debe ser común. ¿Por qué? Porque el cooperativismo es lo contrario a lo que aquí se denuncia, el individualismo. El individualismo, la lucha personal y la intromisión por el poder no llevan al socialismo. En el partido debe valer la opinión de los que son militantes del partido y de su base social, no la de otra organización, y menos sacudiendo votos en los órganos internos. Porque esos “votos” son personas, personas que, supuestamente, tienen libertad de pensamiento, pero que se les zarandea como hombres de paja y simples correas de transmisión de lo que se decida. La verdad es que la libertad está muy dañada, y así, el divorcio juventud-asociacionismo no se resolverá.